Al mudarnos juntos e iniciar nuestro nuevo hogar en pareja nos sentimos muy solos, ambos veníamos de relaciones conyugales sin éxito, al estar nuestros hijos lejos de nosotros sentíamos un vacío en nuestra vida, así que decidimos comentar a nuestros familiares que estábamos en busca de un perrito para nuestra casa, mientras esperábamos alguna respuesta llego el 15 de diciembre del 2019, con la  gratificación salimos a comprar los regalos para los niños, a mitad de las compras un amigo que también se enteró que estábamos en busca de una mascota nos invitó a un Pet Shop donde tenían a la camada se su perrita; nos recibió una camada completa de Pug’s, todos eran muy adorables, así que me quedé solo con ellos, para poder escoger al que nos llevaríamos saltamos y gritamos con todas nuestras fuerzas, todos corrieron asustados y llorando, solo uno se quedó mirándonos… en la expresión de su rostro se podía apreciar ¿Por qué saltaron? luego de esperar unos 3 segundos esperando su reacción, nos miró fijamente y empezó a mover la colita mientras permanecíamos inmóviles, hasta que no pudimos contener las ganas de abrazarlo y llevárnoslo a casa. Nunca habíamos tenido un Pug, era hora de investigar acerca de la raza, sus cuidados, equipar la casa para el espacio que ocuparía, se venía el verano e ignorábamos lo importante que sería mantenerlo en un lugar fresco y muy lejos del aire acondicionado y los ventiladores.

Recibió el nombre de «Frank» por la película de Hombres de Negro II (Luego nos arrepentimos al notar que a la mayoría de propietarios de Pugs se les ocurriría lo mismo)